La vitamina C es un nutriente esencial para el correcto funcionamiento del organismo, incluso para la cara. Las funciones de la vitamina C son variadas, pero nuestro cuerpo no puede producirla ni almacenarla por sí mismo, lo que nos exige recurrir a fuentes externas.
Propiedades de la vitamina C para la cara
Puesto que el organismo no puede sintetizar la vitamina C, la alimentación y los suplementos de vitamina C serán su principal fuente de abastecimiento. Pero poca de la vitamina C que ingerimos alcanza la epidermis, por lo que dermatólogos y profesionales sanitarios aconsejan el uso tópico de la vitamina C para cuidar la piel. Entre sus beneficios, destacamos:
- Apto para todo tipo de pieles: antes de usar cualquier producto de cosmética y belleza, asegúrate de saber cuál es tu tipo de piel. La vitamina C es apta para todo tipo de pieles, pero si tienes la piel sensible, mejor empieza con un producto que tenga menos del 10% de vitamina C activa, si tu piel es grasa, usa una fórmula de vitamina C para la cara soluble en agua. Si hay antecedentes de alergia, pon una pequeña cantidad en el antebrazo y espera 24 horas para ver la reacción.
- Corrige lesiones por acné y puntos negros: sus propiedades exfoliantes, calman y desinflaman la piel, contribuyendo a acelerar la cicatrización de lesiones, reduciendo el riesgo de infección y minimizando la irritación e inflamación, incluso en pieles sensibles.
- Disminuye las ojeras: en forma de ascorbato de sodio, desvanece notablemente ojeras y bolsas bajo los ojos.
- Favorece la hidratación cutánea: el fosfato ascórbico y el magnesio refuerzan la función de barrera de la piel, reteniendo su humedad natural y devolviéndole su aspecto luminoso.
- Produce colágeno y elastina: aportando flexibilidad y firmeza, previniendo la flacidez y evitando la aparición de líneas de expresión y arrugas.
- Protege del estrés oxidativo: sus propiedades antioxidantes y su capacidad de regeneración celular bloquean los efectos de los radicales libres y los efectos dañinos de los rayos UV, que provocan envejecimiento prematuro, flacidez y aparición de manchas y arrugas. Su acción antioxidante es aún más potente combinada con vitamina E o ácido ferúlico.
- Reduce el enrojecimiento cutáneo y unifica el tono de la piel: ayuda a bloquear la producción de melanina y disminuye la producción de enzima tirosina, unificando el tono de la piel y eliminando manchas cutáneas.
Vitamina C para la cara, productos
- Ácido ascórbico o ácido L-ascórbico: es la ‘madre’ de todos los productos con vitamina C para la cara; la forma activa y pura de la vitamina C. Es soluble en agua, pero inestable y se degrada con facilidad. Disminuye arrugas, líneas de expresión, patas de gallo y mejora el resplandor y la textura de la piel.
- Ácido ascórbico etilado: forma más estable de vitamina C, lo que impide que se oxide. Ideal para corregir manchas por melasma, arrugas, flacidez y para aportar luminosidad.
- Palmitato de ascorbio: éter sintético de vitamina C, poco estable.
- Tetrahexildecil ascorbato (TDA): derivado de la vitamina C soluble en aceite, debe penetrar en la piel para convertirse en ácido L-ascórbico. Funciona muy bien combinado con otros antioxidantes.
- Fosfato de ascórbico sódico (SAP): derivado de la vitamina C que debe penetrar en la piel para liberar la vitamina C. Es eficaz para inhibir la bacteria que causa el acné.
- Ascorbil fosfato de magnesio o Magnesum ascorbyl: derivado de la vitamina C pura, con poder desinfectante y eficaz en pieles sensibles.
- Ascorbil glucósido: potencia la producción de colágeno y es efectivo la para mitigar los signos de la edad y la hiperpigmentación y para iluminar el rostro.
La vitamina C para la piel es más estable si su pH está por debajo de 3,5 y viene formulada sin agua. Al ser hidrosoluble le cuesta entrar en la piel, lo ideal es usarla en concentraciones del 15% ; proporciones mayores no mejorarán sus resultados, pero sí incrementarán las probabilidades de irritar nuestra piel.
¿Cómo incluir vitamina C para la cara en mi rutina de higiene facial?
Podemos usar vitamina C para la cara tanto por la mañana como por la noche. La diferencia es que, por la mañana, combinada con el protector solar, multiplicará sus efectos contra la contaminación ambiental y los rayos ultravioleta. La forma adecuada de utilizar vitamina C para la cara es incorporarla a nuestra rutina de higiene facial, justo antes de aplicarnos la crema hidratante. Para aprovechar al máximo los beneficios de la vitamina C para la cara, usa su forma activa al 15%, en formato sérum y combinada con otros antioxidantes, como ácido ferúlico, vitamina E o niacinamida.
No es necesario usar productos con vitamina C cada día, pues el ácido L-ascórbico se acumula y sigue actuando sobre nuestra piel hasta cuatro días después. Con usarla dos o tres días por semana, será suficiente para beneficiarnos de todas sus propiedades. Pero se oxida con facilidad y pierde propiedades al entrar en contacto con el aire o la luz, asegúrate de guardarla en envases opacos y en un lugar fresco y seco, lejos del armario del baño.