La queratitis es una inflamación de la córnea, la capa transparente en la parte frontal del ojo. Puede ser causada por diversas razones y puede afectar la visión si no se trata adecuadamente. Por ello, te explicamos como identificarla y qué hábitos saludables y productos puedes usar en tu día a día para tratarla.

 

Síntomas de queratitis

Los síntomas comunes de la queratitis incluyen:

  • Dolor ocular intenso.
  • Enrojecimiento
  • Sensación de cuerpo extraño en el ojo.
  • Lagrimeo excesivo.
  • Visión borrosa.
  • Sensibilidad a la luz.

Si experimentas alguno de estos síntomas, habla con un especialista. Un oftalmólogo llegará a un diagnóstico preciso y te dará un tratamiento adecuado para tu caso.

 

Causas de la queratitis

La queratitis puede ser causada por una variedad de factores, que incluyen:

  • Infecciones: bacterias, virus u hongos pueden infectar la córnea, provocando queratitis infecciosa.
  • Lesiones: lesiones o raspaduras en la córnea pueden llevar a la llamada queratitis traumática.
  • Uso de lentes de contacto: el riesgo de queratitis puede aumentar si usas tus lentillas de forma incorrecta o no las limpias adecuadamente.
  • Alergias: las alergias oculares pueden desencadenar queratitis al irritar la córnea.
  • Exposición a agentes irritantes: el contacto con productos químicos irritantes, como productos de limpieza, puede causar queratitis química.

 

Tratamiento para la queratitis

Si desarrollas queratitis, existen productos de farmacia que pueden ayudar a aliviar los síntomas y promover la curación. Algunos de estos productos son:

  • Gotas oculares lubricantes: estas gotas pueden aliviar la sequedad ocular y la irritación.
  • Antibióticos tópicos: si la queratitis es de origen infeccioso, se pueden recetar antibióticos en forma de gotas o ungüentos.
  • Antiinflamatorios: para reducir la inflamación y el dolor.
  • Analgésicos: tu médico te puede recetar analgésicos en caso de dolor intenso.

Para prevenir la queratitis, es esencial mantener hábitos oculares saludables:

  • Lávate las manos antes de tocar tus ojos o de manipular tus lentillas.
  • Usa gafas de sol para proteger tus ojos de los rayos UV.
  • Descansa los ojos regularmente si trabajas mucho tiempo frente a una pantalla.
  • Evita frotarte los ojos, ya que esto puede aumentar el riesgo de infección.