Prestar atención a nuestra salud íntima es importante para el cuidado de la salud general, pues evita infecciones y permite disfrutar de una vida sexual sana y gratificante.
¿Por qué es importante el pH vaginal?
Las siglas ‘pH’ se refieren al ‘potencial de hidrógeno’, que clasifica sustancias acuosas en una escala de puntuación del 0 al 14, siendo 0 la sustancia más ácida, 7 la neutra y 14 la más alcalina. El valor de nuestro pH vaginal depende de la flora vaginal y los microorganismos que habiten en ella.
En una flora vaginal normal abundan los lactobacilos, que son bacterias capaces de producir ácido láctico. El ácido láctico asegura un pH ácido en nuestra flora vaginal y favorece la supervivencia de los lactobacilos generando, al mismo tiempo, un ambiente desagradable y perjudicial para microorganismos patógenos externos que intenten colonizar nuestra región vaginal.
Por lo tanto, el pH vaginal es el principal sistema de defensa de la vagina para luchar contra posibles infecciones o enfermedades vaginales.
Significado de los niveles de pH vaginal
Existen tres tipos de pH vaginal:
- Neutro: con un valor igual a 7.
- Ácido: con un valor menor a 7.
- Básico: con un valor mayor a 7.
Si queremos saber nuestro pH vaginal podemos comprar tiras de papel tornasol en la farmacia. Estas tiras se enganchan a nuestra ropa interior y, mediante el flujo vaginal que segregamos, nos indican el nivel de alcalinidad de nuestro pH vaginal.
Aunque, dependiendo de la etapa de la vida en la que se encuentre una mujer, la flora vaginal varía, por regla general, un pH vaginal por encima de 7 propicia infecciones.
- Un nivel de pH vaginal adecuado se sitúa entre 3,8 y 4,5.
- En edad reproductiva, entre 4,5 y 5.
- Al experimentar la primera regla, el nivel de pH vaginal llega a 7.
- Pasada la primera regla, con la menstruación nuestro pH vaginal fluctúa entre 6,8 y 7,2.
- Durante el embarazo, se establece entre 4 y 4,5.
- En la menopausia, el pH vaginal está en torno a 7.
Infecciones genitourinarias relacionadas con el pH vaginal
Un descenso del número de lactobacilos en nuestra flora vaginal favorece que otros gérmenes patógenos la colonicen, provocando infecciones del tracto urinario (ITU).
Las infecciones del tracto urinario (ITU) son muy frecuentes, pero no suelen ser graves. Las más habituales son: candidiasis vaginal, cistitis, E.coli, uretritis, vaginosis bacteriana o vulvovaginitis por hongos.
Los motivos principales de sufrir infecciones del tracto urinario (ITU) son:
- Diabetes: con la hiperglucemia se alteran los mecanismos de defensa de la vagina.
- Embarazo: el aumento del flujo vaginal y la acidez durante el embarazo favorece las infecciones.
- Geles o cremas irritantes que inflaman la región bulbar.
- Menopausia: por el déficit estrogénico que conlleva.
- Menstruación: a causa de las alteraciones de nuestra inmunidad previas a la menstruación.
- Obesidad: los azucares refinados elevan la glucosa y favorecen las infecciones vaginales.
- Relaciones sexuales: por arrastre de los microorganismos hacia la uretra y/o por las diferencias entre el pH del semen y el de la vagina.
- Tratamientos antibióticos, anticonceptivos o con cortisol.
- Uso del dispositivo intrauterino (DIU).
La recomendación es acudir al médico si experimentamos:
- Cambios en el flujo vaginal.
- Dolor o dificultad para orinar (disuria).
- Dolor en la vulva (vulvodinia).
- Escozor vaginal.
- Molestias o dolor durante la relación sexual (dispareunia).
- Nuestro flujo vaginal huele mal.
- Picor vaginal.
- Sequedad vaginal.
¿Cómo regular el pH vaginal?
Para regular y proteger nuestro pH vaginal, los profesionales sanitarios aconsejan:
- Cambiarnos salvaslips, compresas y tampones cada cuatro horas.
- Eludir las duchas vaginales y los productos perfumados.
- Evitar la ropa ajustada y/o sintética.
- Limpiar la zona perineal de delante hacia atrás.
- Utilizar productos de higiene íntima adecuados a nuestro pH vaginal (si tienes dudas, pregunta al farmacéutico/a).
- Aplicarnos productos de higiene íntima que favorezcan la hidratación.
- Usar preservativo siempre en nuestras relaciones sexuales.
En cuanto a qué productos de origen natural contribuyen al bienestar de nuestra flora vaginal, destacamos: ácido láctico, arándano rojo americano, avena, brezo, flor de loto, gayuba, glicina, pantenol. Pregunta en la farmacia qué producto natural es el más adecuado para tu caso particular y cómo usarlo.
Si, aún y siguiendo estas directrices, contraemos alguna infección del tracto urinario, combinar las indicaciones citadas con el consumo de probióticos con lactobacilos ha demostrado científicamente su eficacia. Consulta con un profesional sanitario qué probiótico es el más adecuado para tu caso particular.