La fimosis es una afección común en la cual el prepucio que cubre el glande no se puede retraer completamente. Esto puede ser doloroso y dificultar la higiene adecuada del pene. En algunos casos, la fimosis puede corregirse con ejercicios de estiramiento, pero en otros, es necesaria una cirugía llamada circuncisión para resolver el problema. En este artículo te hablaremos de los hábitos saludables que puedes seguir y los productos que puedes utilizar para ayudar a una recuperación óptima después de la operación.

 

¿Cómo lidiar con la fimosis?

Si te han diagnosticado fimosis o si estás experimentando síntomas como dolor, hinchazón o dificultad para orinar, es importante seguir algunos hábitos que pueden ayudarte a manejar la situación antes de recurrir a la cirugía:

  • Consulta a tu médico: lo primero y más importante es consultar a un urólogo para obtener un diagnóstico preciso y discutir las opciones de tratamiento disponibles. No te automediques ni trates de resolver este problema por tu cuenta. Esto incluye no usar cremas o ungüentos sin la recomendación de un médico. Algunos productos pueden empeorar la situación o causar reacciones alérgicas.
  • Practica la higiene adecuada: la higiene es fundamental para prevenir infecciones y aliviar el malestar. Lava cuidadosamente la zona del pene con agua tibia y jabón suave todos los días. Evita los productos químicos fuertes que puedan causar irritación.
  • Ejercicios de estiramiento: como hemos adelantado al principio del artículo, en algunos casos, tu urólogo te puede recomendar ejercicios de estiramiento para intentar corregir la fimosis sin cirugía.

 

Recuperación después de la cirugía

La cirugía de fimosis puede ser un paso necesario para mejorar la calidad de vida y la salud sexual. Una vez que hayas pasado por la operación, es importante cuidar adecuadamente la herida y mantener hábitos saludables para una recuperación exitosa. Aquí te presentamos algunas pautas:

  • Cuidado con la herida: sigue las instrucciones de tu médico sobre cómo cuidar la herida. Por lo general, se recomienda lavar suavemente el área con agua tibia y jabón neutro. A continuación, sécala con cuidado sin frotar. Evita cualquier fricción o movimientos bruscos.
  • Descansa y evita actividades físicas intensas: durante los primeros días después de la cirugía, evita realizar actividades físicas intensas que puedan ejercer presión sobre la zona operada. Descansa y da tiempo al cuerpo para sanar.
  • Utiliza ropa interior cómoda: opta por ropa interior suave y holgada que no roce ni irrite la herida. Esto ayudará a prevenir molestias y permitirá que la piel sane adecuadamente.
  • Productos de farmacia: en la farmacia, puedes encontrar productos que ayudarán a aliviar la incomodidad y promover la recuperación. Hablamos, por ejemplo, de las pomadas cicatrizantes, las cuales pueden ayudar a reducir la inflamación y promover la cicatrización de la herida. También puedes usar baños de asiento tibios para aliviar la incomodidad y mantener la zona limpia.
  • Evita la actividad sexual: es importante abstenerse de mantener relaciones sexuales o cualquier actividad que pueda ejercer presión en la zona durante al menos cuatro semanas después de la cirugía.